El Eje Neovolcánico es una región de superlativos –como pocas del mundo. En esta región central de México se encuentra la mayor cantidad de endemismos, es decir, de especies únicas de México y por lo tanto del mundo, por ser este país considerado como el cuarto más rico a nivel global en términos de biodiversidad.

Esto se explica en parte por estar ubicada en la zona de transición entre la región Neártica y Neotropical del continente americano; además de que su accidentada topografía ha permitido ser refugio y cuna de especies en su proceso de conservación y formación.

Aquí se encuentran las variedades más antiguas de maíz Teocintle, grano que dio vida a varias de las civilizaciones más importantes, desde los Olmecas hasta los Aztecas.

Hoy en día, en sus diversas áreas metropolitanas incluyendo la de la Ciudad de México, alberga una tercera parte de la población del país la cual depende para su viabilidad de los servicios ecosistémicos que brindan estas mismas áreas naturales, por ejemplo, para el abasto de agua.

Desde 1917 se ha impulsado la protección de la riqueza biológica y cultural de la región a través del decreto de áreas naturales protegidas federales, estatales, municipales y comunales (actualmente hay más de 300), sin embargo, es innegable que la mayor parte de estas áreas naturales, protegidas o no,  –incluyendo bosques y pastizales nativos, así como humedales– se han mantenido gracias al cuidado y conocimiento milenario albergado en las comunidades indígenas qué aún prosperan en la región, formando así un binomio hombre-naturaleza el cual es fundamental conocer, respetar y mantener para el bien de todos.

 Dr. Atl/G. Murillo, 1950. Gentes profanas en el convento. Senado de la República Primera edición: Ediciones Botas, México, 1950. Segunda edición: diciembre de 2003, Senado de la República ISBN: 970-727-034-9 https://www.senado.gob.mx/BMO/pdfs/biblioteca_digital/ensayos/ensayosVIII.pdf